En Colombia, hablar del conflicto armado es también hablar de silencios, de olvidos impuestos, pero sobre todo de la urgente necesidad de recordar. Desde esa premisa nace Memoriscopios, un libro que no solo documenta un proceso académico, sino que se convierte en un ejercicio vivo de memoria colectiva, impulsado por estudiantes y docentes que decidieron no mirar hacia otro lado.
El proyecto comenzó en 2023 con un ciclo de talleres artísticos centrados en la memoria, guiados por el compromiso de que la pedagogía también puede ser un puente hacia la sanación social. Cada taller exploró una faceta distinta del conflicto armado en Colombia a través de lenguajes visuales, poéticos y corporales. Así surgieron cinco capítulos profundamente simbólicos, construidos desde experiencias individuales que se transformaron en narrativas colectivas.
En estas páginas se entretejen fotobordados, collages, cartografías intervenidas, siluetas corporales y textos expandidos, no como productos artísticos aislados, sino como formas de enunciar lo vivido, de resignificar lo heredado, de contar lo que ha dolido. El lector se encuentra con una “pedagogía de la memoria” en acción, con voces jóvenes que se niegan a ser indiferentes y que proponen una manera distinta de mirar el pasado.
“El libro busca mostrar que todos y todas podemos hacer parte de un cambio desde la creación, la concientización y la sensibilización”, afirma una de sus autoras. Por eso, más que un libro, Memoriscopios es un campo expandido, un homenaje a las víctimas del conflicto, y una invitación a no olvidar. Porque como bien dicen sus autores, una flor necesita un campo para florecer… y este libro es ese campo.
Además de ser una obra colectiva profundamente significativa, Memoriscopios es también una apuesta ética por la formación crítica en el aula. Cada página es el reflejo de cómo el conocimiento puede construirse desde la empatía, el arte y el diálogo intersubjetivo. El libro no solo recoge memorias del conflicto armado, sino que propone una forma distinta de habitarlas: no desde la distancia académica fría, sino desde la experiencia vivida, sentida y transformada en creación. Así, se convierte en un testimonio generacional que desafía el olvido y propone una pedagogía de la memoria como camino hacia la reparación simbólica y la paz.
