Hace apenas un segundo, este artículo estaba a punto de tomar otro camino. Inicialmente, consideramos comenzar con la idea de que «la creatividad está tan cotizada que se ha convertido en una habilidad deseada en los últimos años». Sin embargo, decidimos reservar esta revelación para el final, agregando intriga al tema.
La creatividad es un acto de rebelión, una insurgencia, casi una conspiración, no solo contra el sistema social, sino también contra uno mismo. Es como una fuerza que va más allá de las normas establecidas. Este enfoque innovador fusiona la expresión artística con la estrategia comunicativa, reconociendo que la creatividad no se limita a formas tradicionales como dibujos o poemas, sino que reside en cada individuo, aplicable a nuestras almas y vidas.
Sumando la creatividad a la comunicación, podremos entender que busca trascender las barreras convencionales, utilizando la imaginación para dar forma a mensajes motivadores e inspiradores en un mundo saturado de información; su objetivo no es solo transmitir datos, sino crear experiencias memorables, independientemente de la edad, género o rutina diaria.
A menudo, las personas se autodenominan como carentes de creatividad, sin darse cuenta de que es un músculo que se puede ejercitar y fortalecer. Desde hacer garabatos hasta explorar plataformas como Pinterest o TikTok, cada interacción mínima puede ser una oportunidad para desplegar la creatividad, transformando desde correos electrónicos hasta presentaciones. En entornos empresariales y profesionales, la comunicación creativa destaca como un diferenciador clave, impulsando la resolución de problemas e innovación. Desde técnicas de pensamiento hasta la colaboración con mentes diversas, existen distintas formas de cultivar la creatividad.
En la universidad ECCI, reconocemos la importancia de la creatividad y presentamos el curso de Comunicación Creativa. Conoce más sobre este curso aquí.
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