En un mundo donde las fronteras ya no son obstáculos, sino puntos de partida, la internacionalización empresarial se ha transformado en mucho más que una estrategia de expansión. Hoy, internacionalizar es también abrirse a nuevas formas de entender el mundo, de negociar, de producir y de colaborar. Es tender puentes entre culturas, entre maneras de pensar y entre historias distintas. Y el caso de Colombia y China es un ejemplo claro de ello.

El libro Más allá de las fronteras: La relación bilateral entre Colombia y China propone un análisis profundo y accesible sobre los vínculos crecientes entre estas dos naciones. A través de casos de estudio y experiencias empresariales reales, la obra ofrece una mirada clara sobre los retos y aprendizajes que implica hacer negocios entre países tan culturalmente distintos como Colombia y China.

Más allá de cifras, tratados y convenios, el libro destaca un aspecto crucial en el proceso de internacionalización: el entendimiento intercultural. Negociar con China no es solo hablar de logística o inversión, sino comprender valores fundamentales como el respeto por la jerarquía, el peso de las relaciones personales (guanxi) y la visión a largo plazo. Del mismo modo, empresarios chinos que se acercan a Colombia deben aprender a leer el ritmo más informal de las interacciones, el valor de la cercanía y la importancia del contexto social en los negocios.

En ese sentido, la internacionalización ya no puede verse solo como una estrategia empresarial, sino también como una práctica de diplomacia económica y de aprendizaje mutuo. El conocimiento que se construye en este tipo de experiencias enriquece a los países, pero también a las personas. A los empresarios, a los trabajadores, a los académicos y a los estudiantes que se preparan para insertarse en una economía global cada vez más interdependiente.

Por eso, publicaciones como esta resultan tan necesarias: no solo analizan realidades complejas, sino que también abren espacios para pensar cómo queremos relacionarnos con el mundo. Porque internacionalizar es, en el fondo, una forma de reconocernos en el otro y de crecer juntos, más allá de las fronteras.

Las matemáticas ya no se enseñan como antes, y eso es una buena noticia. En un mundo cada vez más visual, digital e interactivo, los métodos tradicionales, basados únicamente en la repetición mecánica de ejercicios, han dejado de ser suficientes. Hoy, aprender matemáticas requiere una experiencia distinta: más conectada con la realidad, más dinámica y más humana.

Esa es justamente la apuesta de Fundamentos del Lenguaje Matemático, una obra desarrollada por un equipo de docentes especialistas en física, química, estadística y matemáticas, que busca no solo enseñar conceptos, sino transformar la manera en que nos relacionamos con ellos.

El libro ofrece un recorrido riguroso por los principios esenciales de la matemática, como el manejo de números enteros y racionales, expresiones algebraicas o resolución de ecuaciones, pero lo hace desde un enfoque pedagógico adaptado a los nuevos tiempos. Según René Veloza Director de la Dirección de Ciencias Básicas, uno de los autores, las actividades interactivas y lúdicas fueron pensadas para motivar a los estudiantes a través de herramientas que ya son parte de su vida: el juego y la tecnología.

Diana, coautora del libro, enfatiza que este texto busca acercar al lector a las matemáticas de forma amigable, sin perder profundidad ni precisión. Más allá de ser un manual técnico, Fundamentos del Lenguaje Matemático se presenta como un recurso didáctico accesible, ideal tanto para quienes empiezan una carrera en ingeniería como para quienes desean fortalecer su razonamiento lógico desde otras áreas del conocimiento.

Enseñar matemáticas en el siglo XXI exige materiales que no solo informen, sino que conecten. Libros como este responden a esa necesidad: invitan a comprender el lenguaje de los números como una herramienta viva, útil y relevante. Porque hoy, más que nunca, enseñar bien las matemáticas es enseñar a pensar.

El pasado martes 29 de abril, desde Bienestar Universitario de la Universidad ECCI se llevó a cabo la campaña “Respeta la vía, salva la vida”, una jornada orientada a fomentar el manejo responsable y generar conciencia sobre los riesgos que se enfrentan diariamente en las vías, especialmente entre los motociclistas.

Durante la actividad, se compartieron estadísticas preocupantes sobre la accidentalidad vial, evidenciando el alto número de heridos y fallecidos causados por la irresponsabilidad en la conducción. Con este espacio, se buscó sensibilizar a la comunidad UniECCIsta sobre la importancia de respetar las normas, actuar con responsabilidad y usar adecuadamente los elementos de protección.

La jornada contó con la participación especial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que no solo hizo un llamado a la conciencia, sino que también entregó cascos con normativa certificada, reforzando el mensaje de que proteger la vida empieza por pequeñas acciones cotidianas, como llevar un buen casco.

Por su parte, el grupo de Teatro de Bienestar Universitario sumó a la campaña un componente artístico y emocional, llevando mensajes clave a través de intervenciones escénicas que conectaron con los asistentes y reforzaron el propósito de la jornada.

Uno de los aportes más significativos de esta campaña fue la creación del Decálogo del Motociclista, una pieza pedagógica que resume los principios fundamentales para una conducción segura y responsable. Este decálogo se compartirá permanentemente a través de los canales de comunicación de la Universidad, como recordatorio constante del compromiso que todos debemos tener con la vida.

Desde la Universidad ECCI, reiteramos nuestro compromiso con el bienestar de nuestra comunidad y seguiremos promoviendo espacios que impulsen la educación vial, el respeto por las normas y la construcción de una cultura ciudadana más consciente.

Enseñar un idioma ya no se trata solamente de memorizar gramática o aprobar un examen. Hoy, cada vez más docentes e investigadores coinciden en que el verdadero aprendizaje ocurre cuando el estudiante se conecta con la cultura que rodea esa lengua. Esa es precisamente la propuesta del libro La enseñanza de la cultura francesa a través de documentos auténticos en tres países europeos, una investigación que pone sobre la mesa una verdad esencial: aprender un idioma también es aprender a ver el mundo desde otra perspectiva.

Francia, Italia y Serbia fueron los escenarios de este estudio, en el que se observó a tres docentes en formación usar herramientas como prensa, tecnologías de la información (TIC) y hasta juegos de mesa para enseñar francés. Lo que encontraron fue revelador: cuando el idioma se conecta con historias reales, costumbres, gestos o contextos sociales específicos, el aprendizaje deja de ser una tarea obligatoria y se transforma en una experiencia viva, rica y significativa.

Uno de los aciertos del libro está en visibilizar que la cultura francesa no es una sola. Si bien los docentes suelen centrarse en la cultura metropolitana por los objetivos académicos, el estudio muestra cómo también se integran elementos de la francofonía y de la diversidad cultural de quienes aprenden. Esto no solo facilita la comprensión de la lengua, sino que amplía el horizonte de los estudiantes y los motiva a seguir explorando.

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El autor nos contó que esta publicación es resultado de su trabajo de tesis de maestría junto a otros compañeros, y que el objetivo fue identificar formas más efectivas y humanas de enseñar francés. El uso de documentos auténticos permite que el aula se convierta en un espacio de encuentro intercultural, donde aprender un idioma no es una meta aislada, sino una puerta de entrada a nuevas formas de ver y habitar el mundo.

En un momento en que la educación intercultural cobra tanta relevancia, este libro ofrece pistas valiosas sobre cómo enseñar lenguas de forma más significativa, creativa y sensible. Porque al final, no se trata solo de saber cómo se dice algo en otro idioma, sino de comprender por qué se dice así y qué representa en la vida de quienes lo hablan.

Conoce el Programa de Lenguas Modernas

Enseñar ingeniería, especialmente en áreas como las máquinas eléctricas, supone un reto constante: ¿cómo acercar al estudiante a sistemas complejos sin que se pierda en el camino? ¿Cómo lograr que la teoría cobre sentido más allá de los libros?

El libro Introducción a las Máquinas Eléctricas para Ingeniería Mecatrónica, escrito por el profesor Juan Sebastián Solís, surge como una respuesta a ese desafío. No se trata solo de presentar conceptos técnicos, sino de crear un puente entre el conocimiento abstracto y su aplicación práctica en contextos como la automatización, la robótica o el control de generadores.

Uno de los valores más destacados de esta obra es su enfoque didáctico. A partir de una estructura clara y progresiva, se abordan temas fundamentales como los circuitos eléctricos y magnéticos, transformadores, motores de inducción y máquinas sin escobillas, elementos clave en la formación de cualquier ingeniero mecatrónico. Sin embargo, más allá de los contenidos, lo que marca la diferencia es la forma en la que están presentados.

El autor ha incorporado herramientas pedagógicas contemporáneas como simulaciones en MATLAB® Simulink® y el uso de software libre, además de ejercicios resueltos y guías de laboratorio detalladas. Esto permite que los estudiantes no solo lean sobre los principios, sino que los experimenten, los simulen, los manipulen.

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Además, según el propio autor, el libro fue concebido pensando en la claridad: que el modelado matemático no represente una barrera, sino una herramienta accesible para comprender el comportamiento real de las máquinas.

En un contexto educativo que avanza hacia la interdisciplinariedad, la integración de tecnología y la resolución de problemas reales, esta obra representa una apuesta por una ingeniería comprensible, aplicada y cercana. Porque enseñar lo complejo no significa simplificar el contenido, sino encontrar caminos para hacerlo significativo.

El panorama del desarrollo de software está experimentando una transformación sin precedentes. Los modelos de lenguaje como GPT-4 han revolucionado la forma en que se escribe código, se resuelven problemas y se diseñan sistemas. Con GPT-5 en el horizonte, estamos ante un cambio paradigmático en la ingeniería de software.

GPT-4 ha introducido capacidades que están redefiniendo el flujo de trabajo de los ingenieros:

• Generación de código a partir de descripciones en lenguaje natural.
• Depuración inteligente y resolución de errores.
• Automatización de documentación y pruebas.

Un estudio de GitHub reveló que los desarrolladores que utilizan asistentes basados en estas tecnologías completan tareas hasta un 55% más rápido que quienes no los aprovechan.
Aunque aún en desarrollo, GPT-5 promete avances significativos:

• Mayor comprensión contextual: Entenderá proyectos completos, no solo fragmentos aislados.
• Colaboración avanzada: Funcionará como un verdadero compañero de programación.
• Arquitectura inteligente: Aportará en decisiones de diseño de alto nivel.
• Seguridad integrada: Identificará vulnerabilidades durante el desarrollo.

Esta revolución no reemplaza a los programadores, sino que transforma su rol. Las habilidades más valoradas ahora son:

• Pensamiento estratégico y supervisión de procesos automatizados.
• Evaluación crítica del código generado por IA.
• Capacidad para integrar soluciones complejas.
• Creatividad para resolver problemas que la IA aún no puede abordar.

«No estamos ante el fin de la programación humana, sino ante su evolución: de artesanos de código a arquitectos de soluciones.»

Los estudiantes de hoy necesitan formación que integre estas nuevas tecnologías. Las instituciones educativas están adaptando sus programas para incluir el uso de IA en el desarrollo, enseñando a los futuros ingenieros a trabajar con estas herramientas en lugar de competir contra ellas.

La Universidad ECCI ha incorporado estos avances en su programa de Ingeniería de Sistemas, permitiendo a los estudiantes experimentar con las últimas herramientas de IA aplicadas al desarrollo de software en entornos prácticos.

Si te apasiona la tecnología y quieres explorar cómo la IA está redefiniendo el desarrollo de software, te invitamos a conocer más sobre formación especializada en este campo.

En la actualidad, el terror ha dejado de ser solo un género de monstruos y sobresaltos. La nueva narrativa del horror se adentra en lo más íntimo del ser humano: el dolor, la pérdida, la culpa, la soledad. Y es en este terreno donde Gaslight, la novela presentada por Cristian —estudiante del programa de Lenguas Modernas de la Universidad ECCI— encuentra su fuerza.

La obra fue lanzada oficialmente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2025 y desde entonces ha generado interés por su capacidad para mezclar lo sobrenatural con una carga emocional profunda. La historia sigue a Hellen, una joven universitaria que viaja a Londres para estudiar inglés. Lo que parece una aventura académica se transforma en una pesadilla oscura cuando se ve atrapada en un mundo de horrores sobrenaturales, junto a Venus, su compañera de cuarto, y Morgan, un misterioso hombre marcado por la inmortalidad y la tragedia.

Lejos de limitarse a criaturas fantásticas y escenas aterradoras, Gaslight utiliza el miedo como vehículo para explorar temas complejos: la soledad existencial, el duelo, el peso del pasado y el anhelo de redención. La historia se despliega en dos líneas temporales —presente y pasado—, una técnica narrativa que permite entrelazar la acción con la introspección. Esta estructura no solo potencia el suspenso, sino que profundiza en la evolución psicológica de sus personajes.

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En entrevista, el autor explicó que su método de escritura —al que llama “escritura de método”— busca que el lector se vea reflejado en los personajes. “No hay censura”, asegura. “Así sea horroroso o asqueroso, debe sentirse real”. Esta decisión creativa, alejada de lo decorativo o lo complaciente, posiciona su novela como una propuesta fresca, directa y, sobre todo, emocionalmente honesta.

Gaslight no es solo una novela de miedo. Es una historia que interpela, que remueve, que incomoda. Pero también es una muestra del talento emergente en Colombia y en nuestra universidad, que entienden la literatura como una forma legítima de explorar nuestras emociones más profundas.